viernes, 22 de mayo de 2009

¡Oh Salvador Dalí, de voz aceitunada!




















Tuve fe y fui recompensada.

Hoy, a las 18:10 de la tarde, conseguí sentarme en una de las pequeñas pero agradables salitas de los Renoir (Plaza de España) para darme el gusto de ver "Little Ashes" (Sin límites) de Paul Morrison. La premisa de la peli era en si bastante provocadora: vida y obra de Federico García Lorca, Luis Buñuel y Salvador Dalí, cuando los tres coincidieron en una residencia de estudiantes en Madrid. ¿Y qué pasa cuando tres genios se juntan? Bueno, pasan cosas que marcarán sus vidas de una forma irremediable.

Debo admitir que para mi, Federico García Lorca siempre fue un ídolo. Recuerdo que la primera novela que leí de él fue "La zapatera prodigiosa", y todo porque el grupo de teatro al que mi mamá me inscribió cuando era pequeña tenía el sueño guajiro de montarla. Al final terminamos recreando "A ninguna de las tres" de Fernando Calderón, pero yo me quedé muy clavada con Lorca, así que busqué más de él y terminé enamorada de todos y cada uno de sus versos. Había algo en él que enamoraba, y ahora sé que ese mismo algo fue lo que impresionó tanto a Salvador... al genio... al mismísimo Dalí con el que me topé a unos pasos de la "Place du Tertre" en París. Allí, en pleno corazón de Montmartre, en su espacio donde todo se vuelve frenético y susurrante a la vez... allí desapareció de mi mente la imagen del artista pro-fascismo que siempre tuve de él para dar lugar a la del artista insuperable, transgresor y fuera de sus cabales que hizo suya la ciudad luz. Uff... ¡ni qué decir entonces de Buñuel! Sin ser mi cineasta favorito, tengo que admitir que en el cine mexicano hay un antes y un después de Buñuel. No por nada su película "Los olvidados" es considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad... y sólo dos películas ostentan dicho honor (la otra es Metrópolis, de Fritz Lang).

Así las cosas, ¿cómo esperar que una película de un director poco conocido con actores prácticamente en ciernes logre cautivar al extremo de opacar la ya de por si deslumbrante vida de sus protagonistas?

Simple. Con un muy buen guión... y aquí es donde hay que aplaudir a Philippa Goslett, porque ella y sólo ella supo darle un toque de total romanticismo a todas y cada una de las anécdotas de los genios.

La envidio y la envidio mucho. No sólo porque logró escribir algo terriblemente emotivo, sino porque consiguió que todos en la sala sintiéramos en lo más profundo de nuestras entrañas el amor desesperado de Lorca, el miedo ineludible de Dalí y los celos implacables de Buñuel. Todo con momentos simples. Todo en secuencias perfectamente trazadas. ¡Dios! Y si a esto sumamos que los actores principales: Javier Beltrán (Federico García Lorca), Robert Pattinson (Salvador Dalí) y Matthew McNulty (Luis Buñuel) se posecionaron de sus personajes con una fiereza arrolladora, el resultado final son 107 minutos de diversión garantizada y una de las historias de amor más bellas y trágicas de la historia de la humanidad.

Romeo y Julieta se quedan cortos... y es así porque a diferencia de Lorca y Dalí, ellos sólo existieron en papel y sueños, mientras que los otros... los otros vibraron intensamente ante un amor que de tan fuerte, terminó siendo incomparable.

Por favor, si tienen la oportunidad de ir a ver esta película, háganlo.

No lo duden, no lo piensen y comprense una entrada.

De verdad que no se arrepentirán y saldrán con una sonrisa tanto o más grande que la que tengo yo ahora.

¡Palabra de hadita feliz!






















PD1. Sí, tengo que admitirlo, Robert Pattison es muy buen actor, y con la contraparte de Javier Beltrán, se volvió exquisito. Además, dicho sea de paso, siento que este actor español tiene un gran futuro por delante. Su voz aterciopelada y su mirada dulce me dice que habrá mucho más de él pronto, lo cual, se agradecerá, porque en verdad tiene algo que conquista. De Matt McNulty no tengo mucho qué decir. La primera vez que lo vi fue en la peli de "Control" que narra la vida de Ian Curtis, vocalista de "Joy Division". Babas mayúsculas ya desfilaban por mis labios en aquel momento. Ahora he llegado al extremo. El personaje más ambiguo de toda la cinta es, sin lugar a dudas, su Buñuel... un Buñuel exquisitamente representado.

PD2. Al ver esta cinta, recordé cual fue la motivación inicial que tuve para escribir CE. Al verla, me di cuenta de lo que siempre había querido decir con esa historia y que al final, por una razón u otra, terminó distorsionándose de manera irrmediable. Fue una sensación extraña. Por un lado, entendí a mis propios personajes. Los reencontré. Los abrazé y me sentí mal por haberlos dejado solos durante tanto tiempo. Por el otro, me emocioné mucho. Me motivé. ¡Me sentía capaz de rescatarlos y hacerlos contar el final de su historia! Tanto así que ahora mismo siento muchas ganas de escribir. No sé qué de bueno o malo saldrá de todo esto, pero sea lo que sea, será mejor que lo que he hecho en muchos meses.

¡Hadita escritora al ataqueeee!

2 comentarios:

**CHIBI-STAR** dijo...

KYA QUE ENVIDIA!!

Yo ya quiero que llegue al rancho que la verdad me hace falta ver una peli muy muy buena que me inspire para escribir.

Qué bueno que la disfrutaste mucho sis, y que si a ti te gusta, seguro que a mi también

Ya la quiero ver!!

JAA NE

CHIBI-STAR**

Fée dijo...

Ojalá puedad verla Sofi bella. La verdad vale mucho la pena y es de un sweet que te mueres. En serio. Casi todas en la sala éramos mujeres y debo decir que muchas eran chavitas de entre 15 y 18 años locas por ver al vampiro Cullen en formato gay (jajajaja), pero al final, tanto ellas, como las mujeres más adultas que andábamos por ahi, llegamos a la conclusión de que la peli era bonita de verdad y que valió mucho la pena verla. Con decirte que muchas dijeron que la historia era más romántica que Twilight y eso ya es mucho viniendo de chicas tan fans... ¿no?

Anyway, búscala en Zacatecas en cuanto llegue, y si no llega, a descargarla de cualquier lado que en verdad vale la pena tenerla.

¡Besitos!