domingo, 1 de marzo de 2009

¿Verdad que en la vida de todo hombre hay cinco minutos negros?






Hace aproximadamente dos años, recibí de regalo de cumpleaños un libro titulado "Los minutos negros" escrito por un autor mexicano llamado Martín Solares. El libro me lo regaló mi amiga Liliana a quien, dicho sea de paso, admiro en toda la extensión de la palabra. El caso es que por una cosa o por otra, no lo leí de inmediato como bien debí hacer, sino que esperé hasta el pasado enero para retomarlo entre mis largas estadías en el metro de Madrid.

Debo decir que de entrada no me enganchó. Había algo en la forma en que escribía el señor Solares que no me convencía. No obstante, una vez superada la primera parte, me sentí por completo atrapada en la vida del agente Vicente Rangel González y su persecución de "El Chacal", un asesino de niñas en el estado de Tamaulipas, México.

Como se imaginarán, es una novela de misterio, pero no como las novelas de este género que muy seguramente todos hemos leído antes. No. En este caso, es una novela policíaca "a la mexicana" donde todos son culpables y sospechosos al mismo tiempo. No puede ser de otra forma cuando la corrupción se intuye hasta en la más mínima de las acotaciones. Todo se reduce a dos bandos: policías corruptos (que abundan) y policías honrados (que no sólo escasean, sino que además, tienen todo para perder). Cabe acotar que, bajo mi humilde opinión, para entender este libro y disfrutarlo en toda su totalidad, se debe ser mexicano. El gen debe estar encendido y expresado en su máxima capacidad. De otra forma será una novela más que se quedará en el librero o un pretexto para comentar, por enésima vez, "lo peligroso que es México". Pero como bien lo dijera Carlos Fuentes, nuestro hermoso México, en realidad, no es peligroso. Nuestro México es la región más transparente del aire... porque pasa de todo, pero es como si no pasara nada... y porque todos sabemos que pasa, pero al no tocarnos directamente, es como si nunca hubiera sucedido. ¿Cosa de locos? No. Más bien, cosa de mexicanos.

Coincido plenamente con las palabras de Jorge Volpi cuando cataloga a la novela de Martín Solares como un escrito apasionante, pero hiriente. Definitivamente, lo es. Llegas a un punto en que no puedes parar de leer con la ansia viva de descubrir quién, entre tanto político, empresario y narcotraficante corrupto, es el asqueroso asesino, pero al mismo tiempo, entre más te sumerjes en las viscicitudes de Rangel y su "madrina" Romero, te das cuenta que pase lo que pase y sea quien sea el mentado Chacal, al final la historia no terminará bien... y eso asusta. De hecho, cerca del descelance, entiendes porque la novela lleva ese título. Tú mismo te ves envueltos en cinco minutos completamente negros que se apoderan de tu cerebro y no dejan de repetir la angustiosa frase "somos esqueletos con carne, esqueletos en movimiento".

La verdad, una novela de antología. Y si a esto le aunamos que en el momento menos pensado aparece Rigo Tovar para salvar la tarde, un padre jesuita aficionado al vodka, un detective legendario y hasta un niño de la IBERO como "agente encubierto", la historia toma el adjetivo de bizarramente adorable.

Yo, sin temor a equivocarme, recomiendo la lectura de esta novela a todo aquel que quiera sentirse un tanto angustiado a la par que sonríe por los abundantes destellos de humor negro que Solares no deja de lanzar. Con esa premisa, seguro que disfrutarán de una novela diferente, dinámica y muy bien pensada, ya que no sólo cuenta con los personajes necesarios para hacerla brillar, sino que te deja con la mente fija en frases tales como "así paga la ciudad a sus habitantes honrados". ¿Demasiado fuerte? Sí, como todo lo que narra Solares, como todo lo que los buenos policías tienen que enfrentar día a día en sus trabajos y como todo lo que pasa en México. No en vano el mismo Solares dice y dice bien: "El poder parcial transforma ligeramente. El poder total, corrompe en definitiva"... y esta novela en la prueba irrefutable de ello.

A leer si pueden, si quieren y si les nace...

Yo, mientras tanto, sigo pensando en mis personales, particulares y actuales minutos negros.

1 comentario:

**CHIBI-STAR** dijo...

Seguro es como la novela de Jorge Ibargüengoitia sin el humor de Ibargüengoitia... El miedo a los animales. Más o menos habla de lo mismo, de lo corrupto que es México y lo poco que se pude hacer para impedirlo. Aunque la verdad, yo no creo que sólo México sea así, lo que pasa es que somos más escándalosos jaja.

Qué bueno que hayas disfrutado de un libro 100% mexicano... yo la verdad paso de ellos, algo no me va con lo mexicano. Demasiado real y cercano a mí, supongo.

JAA NE

CHIBI-STAR**